sábado, 30 de noviembre de 2013

Contrastes en Brasil

Me habían dicho que Brasil es un país de contrates pero aun así me ha sorprendido y eso que sólo he visitado Río y Sao Paulo. Para ponerse un poco en contexto hay que tener en cuenta que el país es casi 20 veces más grande que España y que ocupa la mitad de superficie de América Látina

Sao Paulo no tiene nada que ver con Río. Ésta es samba, playa y diversión y en aquella predomina el negocio y los ejecutivos con prisa. Pero es que incluso la antigua capital de Brasil es una mezcla de barrios y zonas que parece que pertenecen a ciudades distintas. El bullicio de Lapa y Santa Teresa contrasta con la elegancia de Lagoa, la majestuosidad del Corcovado o el Pan de Azucar con el deterioro de algunas zonas del centro, las favelas se ven perfectamente desde el estadio de Maracaná, los bosques de Tijuca están a muy pocos kilómetros de las playas de Ipanema, etc.

Cambiando el tercio, la verdad es que Sao Paulo te impresiona la primera vez que la visitas: son más de 20 millones de personas viviendo en una macrociudad que parece que no se acaba nunca. No es extraño que sea el centro financiero de Brasil y uno de los destinos principales para viajes de negocios de la región. Da la impresión de que son todo rascacielos pero hay también muchos pequeños chalecitos de una sola planta repartidos por toda la ciudad (aunque no se distinguen entre tanta mole).

Volare

 El aeropuerto principal es Guarulhos pero también tiene otro pequeño literalmente dentro de ciudad que se llama Congonhas para los vuelos domésticos. Es un espectáculo ver como los aviones parece que esquivan los edificios para aterrizar. Eso por no mencionar los helicópteros que sobrevuelan constantemente el cielo para posarse en cualquiera de los múltiples helipuertos que hay en casi cualquier edificio.

Otra cosa que me ha llamado la atención es la cantidad de personas con rasgos asiáticos que se ven por la calle. Parece que hubo mucha inmigración de Japón hace unas décadas y ahora hay una población muy importante de paulistas con ascendencia japonesa. También es curioso la fuerte presencia de la religión en la vida diaria de un país cuya población tiene fama de hedonista y liberal.

Una pista, Sao Paulo a veces nos la pintan como una ciudad hostil, caótica y violenta. Es cierto que hay más atascos que en otros sitios pero yo acabo de pasar allí una semana y no he tenido ninguna sensación de peligro y me he movido bastante por distintas zonas en taxi y andando.

No he mencionado nada de la legislación tan proteccionista que tienen, ni de su régimen fiscal endiablado con innumerables impuestos que se superponen porque cualquiera de ambos asuntos daría para escribir un libro.