Parece que Madrid se está planteando acoger un macroproyecto inmobiliario
con seis casinos, 12 hoteles, 10 teatros y 3 campos de golf, que creará
200.000 empleos en la región.
Suena bien, ¿no? El problema es que el angelito que va a poner la
pasta tiene unas cuantas condiciones, entre ellas:
relajar la rigidez de los convenios laborales y la Ley de
Extranjería, dar un trato preferente a los trabajadores foráneos, dos
años de exención en el pago de las cuotas a la Seguridad Social y de
todos los impuestos posibles, infraestructuras de acceso a la zona, que
puedan entrar menores a los casinos y además se permita fumar en su
interior… y lo más sorprendente: que el Estado
garantice un préstamo de 25 millones de euros.
El tema me recuerda un poco a la película de Demi Moore en la que le
ofrecen un millón de dolares por pasar la noche con un millonario, creo
que era Robert Redford.
Parece que al final es una cuestión de dinero. Es decir, las leyes
están para cumplirse excepto que pongas encima de la mesa muchos miles
de millones de dolares, que entonces cambiamos lo que haga falta.
Esperanza Aguirre dice que se cambiarán todas las normas que haya que
cambiar ”siempre que se respeten nuestros principios y valores”.
Seguro que Marx (Groucho y también Karl) tendrían mucho que decir. En
cualquier caso ¿cuales son nuestros principios y valores?.
Me parece penoso venderse por un plato de lentejas aunque sean muchas
y estemos hambrientos. Si eliges ese camino, sabes como empiezas pero
no cómo acabas.
¿No hemos cometido suficientes errores en el pasado como para
entender que es fundamental usar el sentido común?
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