lunes, 30 de abril de 2012

Antonio Maura


Esta nota es especial porque la quiero dedicar a mi tatarabuelo, Antonio Maura Montaner. En efecto, mi abuelo materno, Eugenio Redonet Maura, era hijo de su hija Estefanía.



Todo el mundo conoce la faceta de Maura como político. No en vano fue Ministro de Ultramar (1892-94) , de Gracia y Justicia (1894-95) y de Gobernación (1903), además de Presidente del Gobierno en cinco ocasiones entre 1903 y 1922. Maura también fue miembro de varias Academias, del Consejo de Estado, gran pintor y excelente orador, lo que tiene mucho mérito teniendo en cuenta que su lengua nativa era el catalán.

Sin embargo, lo que quería destacar hoy es su faceta de abogado, que ejerció durante más de 50 años. Tengo la enorme suerte de haber recibido de mi abuelo una recopilación maravillosamente encuadernada de dictámenes de Maura. Son siete volúmenes que tratan de los temas más diversos: derecho internacional, familia, penal, hipotecario, procesal, etc.

Ahora me estoy leyendo los relativos a contratos y es sorprendente la vigencia de muchas de sus consideraciones, a pesar de que han transcurrido más de cien años. De momento me quedo con esta frase, entre las muchas perlas que estoy descubriendo y saboreando:

Una indemnización nunca puede convertirse en ocasión de lucro, ni cabe contar entre los perjuicios gananciales eventuales o contingentes, aunque fuesen posibles  y pareciesen probables.

Quiero investigar más sobre el pleito que Maura llevó (y ganó) a B. Pérez Galdós entre 1896 y 1899, relativo a sus derechos de autor pero no encuentro casi nada de información en internet. Me temo que voy a tener que volver a visitar la Fundación Antonio Maura, que es donde guardan sus archivos. Hablaré con mi amigo Juan Pablo que seguro que se apunta.

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