martes, 2 de julio de 2013

Repensando la propiedad intectual

 En los últimos días he tenido la oportunidad de asistir a varios foros relacionados con temas de propiedad intelectual organizados por FIDE, FAES, el despacho Garrigues y el Observatorio Internacional de la Propiedad Intelectual, así como de impartir clases sobre esta materia en masters especializados del Instituto de Empresa y de la Universidad Europea de Madrid.  Allí tuve el privilegio de escuchar de primera mano las voces autorizadas de Lorenzo Silva, Antonio Muñoz Molina, Darío Villanueva, Víctor Calvo-Sotelo, Jose María Lasalle, Rosa de Couto, Ian Hargreaves, Carmen Rodríguez, Antonio Garrigues o Agustín González, entre otros.

Todo ello me ha servido para ampliar mi visión de la propiedad intelectual y seguir reflexionando sobre la cuestión, sin poder llegar a una conclusión definitiva. Creo que es la única actitud posible dados los constantes desafios tecnológicos, jurídicos y económicos a los que se enfrenta la propiedad intectual en la actualidad. Lo único constante es el cambio podríamos decir parafraseando a Heráclito.

El derecho anglosajón está mejor preparado que el continental para afrontar los cambios. Tienen un cuerpo normativo con pocas reglas y son los Tribunales los encargados, caso a caso, de ir fijando la doctrina y adaptándola a los tiempos. En Europa, entre que nos ponemos de acuerdo en una Directiva, se traspone en todos los Estados Miembros y se aplica por los Tribunales, se ha quedado obsoleta y hay que empezar a tramitar su modificación. Y eso por no hablar de la falta de armonización entre países vecinos...

Soy de la opinión de que hay muchos temas que tienen que ser regulados o repensados a la luz de las nuevas circunstancias que vivimos hoy. Me refiero a la copia privada y en general a la remuneración de los titulares de derechos en el mundo digital, la problemática de los enlaces, el derecho de cita y los límites de los derechos, los contenidos generados por usuarios publicados en redes sociales, el papel de las entidades de gestión, la protección jurídica de blogs, las licencias creative commons, la lucha contra la piratería, etc.


Por eso me gustó mucho una frase que escuché a Antonio Garrigues, siempre brillante y certero en sus análisis: necesitamos filósofos del derecho. Los necesitamos más que nunca, añado yo. Él citaba los interrogantes jurídicos que nos plantean los avances genéticos. Me parece que hay otro tema también relevante como es el control de nuestras vidas que -de forma creciente- ejercen las máquinas. Otro día escribiré sobre esta cuestión.

En cualquier caso, retomando lo que decía Garrigues, considero que hacen falta personas lúcidas que sean capaces de exponer sus puntos de vista e iluminar el debate público. En el mismo sentido, creo que antes de abordar una modificación importante de la normativa española de propiedad intelectual, deberíamos hacer como en Inglaterra (informe Hargreaves) o Francia (informe Lescure) y pedir a una persona independiente y reconocida en el sector que preparara un análisis de la situación junto con propuestas concretas de actuación, para que fueran tenidas en cuenta por el legislador.

En fin, reconozco que lo anterior no son más que unas ideas escritas a vuelapluma sin mucho orden ni concierto. Mi intención es seguir asistiendo y participando en los debates con la mentalidad más abierta y positiva que pueda.

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